lunes, noviembre 09, 2009

Bill daba dinero por lo menos

En nuestra sección recién inventada “Bulos para el recuerdo”, con la subsección “¡Me cago en chichinabo, me había olvidado de éste!”, vamos a recordar una de esas mentirijillas “simpáticas” que pasearon antaño por nuestros correos electrónicos.

Hoy trataremos uno que llevaba por espectacular asunto “ÉSTA NO ES NINGUNA CARTA BASURA. BILL GATES ESTÁ COMPARTIENDO SU FORTUNA”.

Amigos, niñas y niños, zombis comedores de sesos y gatitos castrados, recordad: cuando en el asunto de cualquier correo que recibáis aparece la frase “Ésta no es ninguna carta basura”, creedme, SÍ es una carta basura. No os sintáis mal al borrarla y, por supuesto, nunca os sintáis obligados de enviarla a vuestros amiguitos. Ellos os lo agradecerán.

Comencemos.

La he encontrado en una web que recopila unos cuantos de estos bulos internáuticos, además de tener otras secciones útiles. Este bulo lo suscribe al ámbito de la leyenda urbana, esas historias tan majas y divertidas, algunas de las cuales tendemos a creérnoslas o, quizá, no nos creemos de verdad pero en el fondo de nuestras almas deseamos tanto que sean ciertas que nos vemos obligados a enviarlas a nuestros familiares como si, haciendo un esfuerzo colectivo, apretando mucho las nalgas y cerrando muy fuerte los ojos, todos pudiéramos convertirlas en realidad. A día de hoy sigo sin creerme la del calcetín, pero os digo que me gustaría mucho, mucho que fuera cierta. No me preguntéis por qué. Yo soy asín.

Vamos al asunto. Para quienes no lo recuerden, el correo es el que sigue; para el que lo recuerde, se lo puede ahorrar:

“Estimados Amigos, Por favor no tome esto por una carta basura. 
Bill Gates está compartiendo su fortuna. 
Si usted ignora esto se arrepentirá después. 

Microsoft y AOL son ahora las compañías de Internet más grandes y en un esfuerzo por asegurarse de que Internet Explorer permanezca como el programa más usado, Microsoft y AOL están ejecutando una prueba beta de e-mail. 

Si usted remite este e-mail a sus amigos, Microsoft puede rastrearlo y lo hará (si usted es usuario de Microsoft Windows) en un periodo de tiempo de una semana. 

Por cada persona a la que usted remita este e-mail Microsoft le pagará $245.00, por cada persona que reenvíe el mensaje que usted le envió, Microsoft le pagará $243.00 y por cada tercera persona que lo reciba, a usted se le pagará $241.00. 

En dos semanas, Microsoft se pondrá en contacto con usted para pedirle su dirección y entonces le enviará un cheque. 

Saludos. ¡Chinu! Yo pensé que éste era un engaño, pero dos semanas después de recibir este e-mail y remitirlo, Microsoft se puso en contacto conmigo t me pidió mi dirección y en unos días recibí un cheque por US$24,800.00. 

Usted necesita responder antes de que la prueba beta haya terminado. Si alguien puede permitirse el lujo de hacer esto Bill Gates es el hombre. Para él todo es gastos de marketing. 

Por favor remita esto a tantas personas como sea posible. Usted está destinado a obtener US$10,000.00 por lo menos.”

Ya, desde el principio, el correo nos advierte de que seremos muy tontos si no nos tomamos en serio el asunto. Esto significa que en días sucesivos, tras borrarlo, tendremos la necesidad imperiosa de abrir la carpeta de borrados y recuperarlo y, como poseídos por Lord Demonio Maligno, enviarlo a todo el mundo. Lo curioso del asunto era que por cada persona el precio que nos pagaban era inferior. Supongo que quien en su casa, sentado delante de su ordenador, se planteó un día de lluvia ponerse a escribir esto, se dijo: “Bueno, si pongo que por el primero le dan un dólar y por el segundo tres, por el tercero cinco y asín sucesivamente, en saltos de dos en dos, a la gente no le parecerá bien... Y mi propósito es que la gente se piense que va a ganar mucho dinero. ¿Cómo lo hago?”. Bien, se le ocurrió darle la vuelta a la tortilla y decir que se comenzaba a pagar su buen dinerito, nada menos que 245 dólares, que son números majos uno al lado del otro, y que irían en descenso por el resto a quienes enviaran. ¡Qué gran idea! Pero parece que la cosa funcionó por aquellos años del 2002 cuando comenzó a circular. Creo haber recibido alguno hace algo menos tiempo... Comparto la opinión de quien recoge este correo basura en la web cuando dice: “Que este tipo de cosas sigan circulando, solo demuestra que la mayoría de los usuarios se cree todo lo que recibe por Internet”.

El correo no tiene desperdicio, como el comentario de un amigo que se embolsó el ninero o la reflexión aguda y perspicaz de que “Si alguien puede permitirse el lujo de hacer esto Bill Gates es el hombre. Para él todo es gastos de marketing”. A lo que yo añado: “¡Brutal!”.

Amigos, quiero conocer a la persona que confeccionó este correo basura. Su gloria es inabarcable. Cuando alguien lanza al viento un correo de este tipo con una media sonrisa maléfica y, a la par, esperanzada en su rostro, nunca sabe si su engendro sobrevivirá o terminará desapareciendo para siempre. ¿Cuántos habrán que hayan sucumbido al mostrenco de la indiferencia internáutica? Pero este llegó lejos, sí señor. Y ahora, quien se haga cargo de su realización, jamás será creído. Cruel destino. Desde la sombra, su gloria.

Imaginad a ese ser humano que le dio al intro en su lista de contactos comenzando esta cadena y, una vez olvidado, mientras un día comía pipas sobre su teclado, meses después, recibió en su bandeja de entrada el siguiente correo: “ÉSTA NO ES NINGUNA CARTA BASURA. BILL GATES ESTÁ COMPARTIENDO SU FORTUNA”. ¿Qué sintió? ¿Qué pasó por su cabeza? ¿Notó cosquillas en su estómago? ¡Qué bonito sería poder escucharle y, aluego, darle con un martillito en los dedos de sus pies! Estoy seguro de que, en el fondo, éste es el propósito de todo hacedor de correos basura: que alguna vez sea recibido de retorno en su bandeja de entrada para luego, con una lagrimita resbalando en su mejilla, puedan volver a enviarlo mientras musitan: “Adiós, pequeño, adiós,... Sigue creciendo que yo te esperaré aquí sentado. Para siempre”.

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