domingo, septiembre 28, 2008

Planteamiento

He leído un artículo en LaVanguardia sobre el fenómeno fan. Habla de los Monty Python, de Star Wars, de Star Trek, sobre todo de esto y me parece que de nada más. Yo soy fan de muchas cosas. Star Wars no toca tanto mi fibra sensible. Respecto a lo demás, yo hubiese querido ser un Monty Python, y de Star Trek tengo recuerdos muy buenos. Desde luego algo ha de tener una serie que, desde 1966, viene asomando en las pantallas de todo el mundo.

Yo me enganché a “Star Trek: La nueva generación”. Pasé muchas noches atrapado por esos guiones tan currados, esos personajes tan flipantes, las misteriosas criaturas, los paisajes alucinantes, el negro espacio profundo. De aquella época recuerdo también series como “Búscate la vida” que dio a conocer a Chris Elliot, interpetando a Chris Peterson, un repartidor de periódicos de treinta años que vivía con sus padres. Su vida (entre las risotadas) era tristísima en aquellos años en que un servidor la veía. Ahora habría que estirar la goma hasta los cuarenta y pico para darle el cachondo patetismo que reflejaba. Desquiciante. Joder, cuánto me he reído con esa serie. Duró dos temporadas.

Recuerdo también “The Young Ones”, que tengo en DVD y alguna vez he intentando revisionar. De los ochenta. La emitió BBC2 y yo la pude ver en Barcelona en Canal 33 a principios de los noventa, si mal no recuerdo. Los personajes, desquiciados como pocos. Aparecían unas ratas que participaban de las trastadas y tenían sketches propios. Sufrí muchos ataques de risa con esa serie. También duró dos temporadas.

“La víbora negra” también hizo de las suyas en mí el verano que la emitió la televisión catalana. Factura de la BBC One. Esta duró más, pero me quedo con la primeras temporadas que transcurrían en el Siglo XV de la historia inglesa.

Todas estas series de humor, así como una reposición de Monty Python: Flying Circus subtitulada en la misma cadena, han quedado muy grabadas en mi mente y hecho mella considerable.

Siempre me he planteado escribir una serie de televisión. Como estas. Desquiciantes, atrevidas, irreverentes. Me he entretenido en otras cosas y nunca he terminado de plantear un proyecto "serio". Supongo que ha sido siempre el hecho de desconocer si existía una vía real de darla a conocer. A día de hoy dudo que esa vía todavía exista. Pero a lo mejor lo intento. No sé si seré capaz de ello. Pero, mientras espero que suene la flauta y alguien crea en mis posibilidades (cosa francamente chunga) o, siendo mucho más realista, encuentro un trabajo como vendedor de gama blanca y marrón, voy a intentarlo con todas mis fuerzas.

De cualquier manera ya dije en su día que no tenía culo. Voy a tener que dejar el resto de mis proyectos novelísticos. A lo mejor con esto consigo despejarme un poco…

Qué aburrido todo, ¿no? Para compensar voy a poner la portada de un album tomado al azar de una de esas páginas que no me harto de mirar y remirar.



Yo quiero una serie que exprese todo lo que me asalta al contemplar esta portada. Impresionante.

No hay comentarios: