No obviaré el hecho de que hoy me he aplastado los huevos contra la taza del váter. Pensaba que la tapa estaba levantada. Lo peor de todo es que no iba a cagar. Imposiciones maritales. Pero aun así hay veces en que meo de pie, como un desafío, para hacerme sentir un macho de verdad. Solamente a veces, claro. Luego, limpio la gotita.
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